Nombre: AMONTILLADO GRAN BARQUERO
Añada: 1989 (calculando añada actual
con referente de crianzas)
Denominación de Origen: Montilla Moriles
Uva: Pedro Ximenez
Nueva edición de #Probandoprobando!
Esta vez tenemos al amigo Miquel
Bonet, notable escritor, mordaz y un pelin sátiro y mejor compañero en Zouk Magazine.
Pues a otra persona que he liado para el experimento, que
va dejando poco a poco el mote experimento y empieza a ser una realidad. Esta
vez con Miquel Bonet decidí tirar a un vino del sur. Ya os he comentado que
Miquel es un escritor genial, con una mente bien aplomada y cargada de ironía,
de la cual no se corta en tirar para sus críticas o preguntas veladas. Es un
excelente gourmand, tiene un vasto conocimiento sobre la gastronomía y como no,
sobre vinos. Esto último no deja de sorprenderme, cada vez que hablo con el
sobre vinos, veo que tiene un catálogo muy extenso en su mente y también le
encantan los vinos del Sur.
Para mi, punto muy a favor de Miquel, el disfruta mucho
de los vinos y se le nota. No es habitual ver a personas que se interesen por
los vinos del marco, pero Miquel los conoce como otros, los entiende y además
le apasionan. Entonces pensé en guardarle un vino especial para nuestra cita,
Gran Barquero Amontillado y fue un poquito #fail. Miquel lo había probado tres
semanas antes… que pena me lleve, pero oigan pronto lo recuperare para esta
sección y prometo sorprenderle. Cabe decir que él se presentó con un Chablon al cual no pudimos darle
cuenta, pero está reposando pacientemente a su pronta vuelta.
Perteneciente a Bodegas
Pérez Barquero, al sur de Córdoba
y con una antigüedad que data de 1905. Desde entonces vienen haciendo vinos en
el marco de Montilla Moriles. Gran
Barquero Amontillado es un monstruo guardado en botella, un Amontillado mono
varietal de Pedro Ximenez como exige la
DO. 10 años de crianza biológica y 15 años de crianza
oxidativa en botas de roble y bajo el sistema de criaderas y solera. Un vinazo que se explica por si solo cuando
lo pruebas, pero como tenemos invitado mejor que nos los describa el.
En copa tiene un color ambarino tirando a tonos miel y un
punto turbio.
En nariz lleva notas de orejones, fruta madura y miel con
algo de salinidad.
En boca es un todoterreno, realza la grasa del salmón.
Con el queso de Mahon, aumenta la salinidad de ambos. Yodo con recuerdos de
salmuera. Humedad y tostado. Fondo vegetal que recuerda a algas Nori.
Como con David
(LahoradelBagel) este
experimento, aparte de dar a conocer las notas de cata o sensaciones de otras
personas, en este caso iba enfocado hacia los maridajes o como me gusta decir a
mi: Las Armonías de Sabores!!
Con Miquel enfoque la comida hacia salinos, contrastes y
lácteos. Por un lado teníamos los embutidos con los que solemos maridar este
tipo de vinos, fuet, chorizo o jamón de bellota. Luego tres clases de quesos,
manchego en aceite, Mahon con toque especial by Me y un Bleu de Auvergne. Los contrastes
estaban dados por un platillo de tartar de salmón con jamón y toque japonés, y
un tosta de sobrasada menorquina con queso azul fundido y mermelada de naranja
amarga.
A Miquel casi todos los maridajes le gustaron, el tartar
le gusto, la tosta le sorprendió gratamente y los quesos le encantaron. El salmón
era una apuesta mía, quizás la armonía mas simple y llevadera. La untuosidad
del salmón, junto a su escasa salinidad compensada por el jamón, hace de un
amigo perfecto al vino. La tosta juega mucho con los salados y dulces,
combinación que encontramos justamente en este vino, pero en contrapunto todo
es diferente, uno es un dulzor a pasas el otro a mermeladas y acidas, digamos
que son familia pero de ramas opuestas. Los quesos, fueron la clave. El
manchego que ni pintado, el Mahon se potenciaba, era como un caballo al que le
metían un chute de adrenalina, ambos subían con un torrente de energía a las
papilas, brutal. Miquel quedo muy contento con este. El Bleu d’Auvergne es la
clave, la forma en que los quesos azules lo clavan con estos vinos es
increíble. Hablando con Miquel, comentábamos el hecho de poder estar un rato
bien grande, por no decir horas picando queso azul y llevarte una copa del
amontillado a la boca. Perfecta armonía, que seduce, embruja y te dejas llevar
por ella.
Los embutidos, pues eso, embutidos. Creo recordar que el
jamón casi ni lo tocamos, a veces uno se empecina en armonizar o casamentar una
cosa con otra y nos equivocamos. En este caso quedo demostrado que el embutido
es afín al Amontillado, pero no es la mejor opción de entre todas las que hay
en una cocina, casa o mesa.
Esperando hayáis disfrutado tanto como yo de la compañía
de Miquel, me despido hasta el próximo #Probandoprobando.
P.D: Miquel por la tarde, me envió un guasap sobre el vino que decía: Pon que es largo de cojones!
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