Nombre: FINO CB
ALVEAR
Añada:
2009-2008 (sobre cinco años o más del año de consumo)
Denominación
de Origen: MONTILLA-MORILES
Uva: Pedro Ximenez
Precio aprox.: 4,66€ en Makro
Y de nuevo volvemos con un vino andaluz, otro fino que me
tiene #enamorao y de una bodega ya casi asidua en
mis blogs, Bodegas Alvear.
Esta vez toca Fino
CB Alvear, unos de los vinos más selectos de esta bodega. Criado bajo el
sistema de soleras y con una crianza de velo en flor de entre cinco o más años,
estos finos reciben en su etiqueta las iniciales CB, iniciales de Carlos
Billanueva capataz de Diego de
Alvear y de Ponce de León, nieto
del fundador. Este tras ser asistente de don Diego en argentina, a su llegada a
España empezó a marcar sus iniciales en las botas que contenían su vino más
selecto.
La bodega Mercedes, una de las más importantes de la
hacienda, paso a tomar el nombre de bodega Carlos Billanueva. Es por tanto un
hombre importante en la historia de la bodega, y de esta forma ella le rinde
tributo a través de su fino y bodega.
Este hecho me encanta y habla muy bien de una bodega
arraigada a su pasado, a su historia, respetándolo, cuidándolo y dando a
conocer al público.
Fino CB Alvear es un vino mono varietal de Pedro Ximenez, criado en sistemas de
criaderas y soleras como antes mencione, con sacas periódicas y una
peculiaridad, al ser 100% Pedro Ximenez es muy rico en azúcar, lo cual le
permite obtener una graduación alcohólica muy alta, sin ser necesarios su
encabezado en ninguna de las fases. Vino muy cuidado, dando como resultado un
vino encantador, seductor y muy “fino”. Vamos pues a ver sus notas de cata:
A la vista presenta un bonito amarillo pajizo de reflejo
verdoso, muy brillante y limpio.
En nariz viene marcado por un toque aceitunado, le siguen
unas notas a altramuces, levadura y almendra blanca, con un fondo panadería
dulce.
En boca tiene un paso ágil con cierta untuosidad, de
marcado carácter salino, los encurtidos vuelven a marcar el gusto; Altramuces,
aceitunas y banderillas. Aparecen notas de crianza, velo en flor junto a la
bollería dulce, una acidez más que equilibrada vertebra bien y alarga el trago.
Un trago que perdura mucho y se junta a un retro lleno de recuerdos de
salmuera.
Por seguir catando, seguiría toda la vida. Me seduce esa
untuosidad, la parte salina me embriaga, me enamora el corazón frutal y me
pierde el sentido entero un conjunto tan precioso. Como sucedió con el 1927, su
RCP es inmejorable, envidiable y altamente recomendable, un estupendo vino que
maridara con todo tipo de tapas, frituras de pescado, mariscos a la plancha o
vapor, entrantes a base de conservas y encurtidos y con nuestro queridísimo jamón.
También os recomiendo degustarlo mirando una puesta de sol en estas próximas vacaciones,
haciéndoos disfrutar de un momento especial y esto como lo se…
Porque yo, ya lo he hecho!
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