Nombre: SOLERA
1847 - CREAM
Añada: (Sistema
de Soleras)
Denominación
de Origen: Jerez-Xeres-Sherry
Uva: 75% Palomino/ 15%
Pedro Ximenez
Precio aprox.: 6,55€ en Makro
Ya estamos de vuelta de las vacaciones, cortas pero
precisas, llenas de momentos de relax y vino, mucho vino.
Para eso estamos, probar vinos en verano #Esbien. Quizás el relax, la calma
total o el disponer de un mejor tiempo/espacio (las teorías tiempo espaciales indican que en verano, no solo tus poros
se dilatan sino también se crea una fractura temporal, haciendo que goces mejor
del tiempo que depositas en las cosas gratificantes) para realizar tus hobbies
preferidos.
Hoy tenemos uno de esos vinos que te hacen vibrar, que
emocionan o al menos no te va a dejar indiferente (este está testado sobre cinco personas diferentes, a las que el vino no
les hace ni fu, ni fa y los sorprendió gratamente) y de bien seguro lo
acabaras cobijando como un fijo en tu bodega.
Solera 1847 es el Cream de Gonzalez-Byass, seguro os preguntáis muchos ¿que es un vino CREAM? El Cream es el
resultado de la mezcla de un oloroso y un dulce natural, con lo cual y según la
bodega es muy difícil a veces saber exactamente ya no solo la mezcla exacta,
sino también la añada de ambos y su vejez. Me explico, un oloroso de media debe
tener mínimo unos 15 años y un dulce natural sobre los 5 años. Teniendo en
cuenta todo esto, tenemos ante nosotros un vino que es pura alquimia tempo-vínica.
Yo a estos vinos de Jerez al final les voy a poner un
templo, me he liado en una encrucijada Barcelonil para dárselos a conocer a
amigos, vecinos, etc. Si, cuando me pongo cabezón, me pongo y mucho (ya me lo decía
mi padre) pero es que el placer que puede recorrer tus papilas, el fantástico momento
de satisfacción que secunda a su trago en el cerebro y la súbita sensación de
flotar en una nube de placer, solo se encuentra a veces probando estos vinos.
Para no dilatarme más y caer en la pedantería Bullinesca del vino (Imaginaos un
Ravioli de Amontillado) paso a relataros mis sensaciones al probar este
sensacional vino:
En copa ofrece un bonito color caoba de capa baja, reflejo
café e irisaciones iodadas en la parte superior. La lágrima es uniformada y muy
abundante.
En nariz es sedoso y envolvente, de corte seco gracias
ese aporte salino que recuerda a las aceitunas, revela un centro dulzón, pasas,
orejones y un notas a frutos de cascara. Pequeños apuntes oxidativos,
untuosidad y una delicia para los sentidos.
Envolvente traje para tu boca, como una parafina de
placer recubre cada rincón de ella. Aperitivos de salmuera, olivas, anchoas y
un pan de anís que sube en el horno. El dedo untado en miel, las pasas del
cuenco en la sobremesa, el café que acompaña…
Equilibrio, persistencia, estructurado, esencialmente
evocador.
Si, al final me he dejado llevar. Tomar este vino al
atardecer mientras miraba en dirección Montseny
copa en mano, tiene eso. Te dejas llevar, te dejas envolver, te dejas embrujar
y estos vinos si de algo saben, es de tener duende. Sabéis que os lo voy a
recomendar, sino lo compráis halla vosotros sois mayorcitos, pero este vino os hará
disfrutar, os hará levitar y os transportará, lo sabéis, lo se…
Porque yo, ya lo he hecho!
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