Nombre: ALVEAR PEDRO
XIMENEZ 1927
Añada: 2006/ 2007 (Calculo
aprox)
Denominación de Origen: MONTILLA-MORILES
Uva: 100% Pedro Ximenez
Productor: Bodegas
Alvear
Precio aprox.: 9,95€ en Enterwine
Ultima
ficha de vino del año ya que la próxima si sale, será un artículo sobre un
sarao en el que estuve. Ante tan maña responsabilidad, pensar cual sería la última
ficha, para la traca final me he dejado “La
Joya” por excelencia, el honor y privilegio para un vino blanco noble.
Para
entender el título de “La Joya”
primero debemos ir a la tradición y ahí es cuando entra en escena la bodega. Bodegas Alvear es una bodega fundada
en el año 1729 en la Denominación de Origen Montilla-Moriles
en Córdoba, se jacta de trabajar
como antaño y con la única variedad como bandera que es la Pedro Ximenez. Para
quien desconozca esta variedad, es un tipo de uva blanca noble, que debe su
nombre a un soldado de los Tercios de Flandes, Pedro Ximen que se dice la trajo desde el valle del Rhin, aunque hoy día hay ya varias teorías
que no estarían de acuerdo con esta antes mencionada, cosa que da para una
tesis doctoral y yo no estoy para esas.
Entrar
en el mundo de Bodegas Alvear, es
volver a los inicios de los vinos en España, a la tradición de una comarca que
desde antaño trabaja un vino como filosofía, cada tipo de vino, Fino, Oloroso,
Amontillado, Solera o este P.X, son trabajados como hace dos siglos y de forma
totalmente artesanal, realmente merece la pena visitar sus bodegas o su web,
para empaparse de los métodos empleados para la elaboración de cada vino, tan
diversos y peculiares, como espectaculares.
Hoy
os hablare de su Alvear P.X 1927,
vino que guarda un secreto dentro, oro líquido, imagínense una ladera llena de
uvas, que una vez recolectadas se dejan secar al sol los racimos en un trenzado
de esparto, cuando llega a su punto óptimo de pasificación, se prensan sacando
un elixir increíble. Después una vez extraído, se pasa a botas de 500l de roble
americano, donde permanecerán 5 años en el tradicional sistema de crías y
soleras, con sacas y rocíos periódicos. Todo esto para llevar a nuestras mesas
un espectáculo en el paladar, semejante al que deja un buen jamón de bellota,
una tosta de mi-cuit, el almendro en flor, un magnolio en primavera, un pedazo
de cielo cayendo, las lágrimas de una civilización perdida.
Todo
lo descrito antes lo tenemos en nuestra mesa, por el ridículo precio puesto
arriba, que si echamos unas cuentas desde bodega debe salir a unos 5 euros el
litro, de risa. Sauternes, Porto, Icewine, Tokaji, nombres
conocidos unos y desconocidos otros para la mayoría de los que empezáis con el
vino, pero lo más triste es que tenemos unos vinos dulces sin parangón en
nuestro país, siendo aún más desconocidos que los otros a un precio mucho más
que asequible, una pena.
Dejadme
explicaros que encuentro yo en una copa de este líquido manjar, fuente de la
eterna juventud, para llegar a explicarme mejor:
Este
vino no cae, fluye melifluo hacia nuestra copa, donde se muestra de un color
ambarino muy denso, unas irisaciones de color fuego aparecen, dotando el ámbar
de naranjas y rojo fuego, chispas vivas, ascuas que aun encienden, explotan, se
mueven y rodena la copa, apartando el yodo hacia el menisco.
Cuando
mueves la copa, impermeabiliza los laterales de esta, glicerina pura, una
segunda piel que embellece las paredes dejándolas de un precioso color dorado,
la lágrima no cae, desciende lentamente como los fuegos de artificios retenidos
en la mente de un niño, que no ceja en su repetición asombrado.
En
nariz trae recuerdos del azúcar quemando en la olla, reducción de mermelada de
frutos del bosque, alcohol evaporando de ella, higos de secado, almendras
tostadas, el café servido a media tarde, el movimiento oxigena, trae más
recuerdos. La mesa de Navidad puesta, polvorones, hojaldres, nueces y los
orejones que tanto le gustan a mi hermano, sonríe y cuando ve que no le quedan,
sigue con las pasas de Málaga… Te pierdes en cada oleada de recuerdos.
Un
sorbo, una perdición, atrapado en su dulzor, su amable untuosidad, velo que
recubre cada papila y rincón de tu boca. Caramelo, la rama de canela al romper,
orejones en la mesa e higos secos, una acidez aun notable y cálida. Las pasas
mordidas lentamente, saboreando hasta las pepitas, frutos secos para acompañar
el café con azúcar moreno. Un ligero amargor, galletas de canela y jengibre,
crema catalana… no podría parar de describir recuerdos y símiles, un Quien es
quien repleto de gastronomía y recuerdos.
Tradición,
trabajo, tesón, esfuerzo, calidad, cultura, expresión, terruño, honestidad,
disfrute, recuerdo, calidez, familia… Una verdadera joya, oda al amor que nos
aporta este mundo del vino, con la mejor RCP de todos los tiempos.
Adquieran
un pequeño trocito de cielo, compártanlo con alguien, en el postre, en la
tertulia, con un libro… porque yo,
Ya
lo he hecho!
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