viernes, 20 de diciembre de 2013

ALVEAR PEDRO XIMENEZ 1927

Nombre: ALVEAR PEDRO XIMENEZ 1927

Añada: 2006/ 2007 (Calculo aprox)

Denominación de Origen: MONTILLA-MORILES


Uva: 100% Pedro Ximenez
Productor: Bodegas Alvear
Precio aprox.: 9,95€ en Enterwine

Ultima ficha de vino del año ya que la próxima si sale, será un artículo sobre un sarao en el que estuve. Ante tan maña responsabilidad, pensar cual sería la última ficha, para la traca final me he dejado “La Joya” por excelencia, el honor y privilegio para un vino blanco noble.

Para entender el título de “La Joya” primero debemos ir a la tradición y ahí es cuando entra en escena la bodega. Bodegas Alvear es una bodega fundada en el año 1729 en la Denominación de Origen Montilla-Moriles en Córdoba, se jacta de trabajar como antaño y con la única variedad como bandera que es la Pedro Ximenez. Para quien desconozca esta variedad, es un tipo de uva blanca noble, que debe su nombre a un soldado de los Tercios de Flandes, Pedro Ximen que se dice la trajo desde el valle del Rhin, aunque hoy día hay ya varias teorías que no estarían de acuerdo con esta antes mencionada, cosa que da para una tesis doctoral y yo no estoy para esas.

Entrar en el mundo de Bodegas Alvear, es volver a los inicios de los vinos en España, a la tradición de una comarca que desde antaño trabaja un vino como filosofía, cada tipo de vino, Fino, Oloroso, Amontillado, Solera o este P.X, son trabajados como hace dos siglos y de forma totalmente artesanal, realmente merece la pena visitar sus bodegas o su web, para empaparse de los métodos empleados para la elaboración de cada vino, tan diversos y peculiares, como espectaculares.

Hoy os hablare de su Alvear P.X 1927, vino que guarda un secreto dentro, oro líquido, imagínense una ladera llena de uvas, que una vez recolectadas se dejan secar al sol los racimos en un trenzado de esparto, cuando llega a su punto óptimo de pasificación, se prensan sacando un elixir increíble. Después una vez extraído, se pasa a botas de 500l de roble americano, donde permanecerán 5 años en el tradicional sistema de crías y soleras, con sacas y rocíos periódicos. Todo esto para llevar a nuestras mesas un espectáculo en el paladar, semejante al que deja un buen jamón de bellota, una tosta de mi-cuit, el almendro en flor, un magnolio en primavera, un pedazo de cielo cayendo, las lágrimas de una civilización perdida.

Todo lo descrito antes lo tenemos en nuestra mesa, por el ridículo precio puesto arriba, que si echamos unas cuentas desde bodega debe salir a unos 5 euros el litro, de risa. Sauternes, Porto, Icewine, Tokaji, nombres conocidos unos y desconocidos otros para la mayoría de los que empezáis con el vino, pero lo más triste es que tenemos unos vinos dulces sin parangón en nuestro país, siendo aún más desconocidos que los otros a un precio mucho más que asequible, una pena.
Dejadme explicaros que encuentro yo en una copa de este líquido manjar, fuente de la eterna juventud, para llegar a explicarme mejor:

Este vino no cae, fluye melifluo hacia nuestra copa, donde se muestra de un color ambarino muy denso, unas irisaciones de color fuego aparecen, dotando el ámbar de naranjas y rojo fuego, chispas vivas, ascuas que aun encienden, explotan, se mueven y rodena la copa, apartando el yodo hacia el menisco.
Cuando mueves la copa, impermeabiliza los laterales de esta, glicerina pura, una segunda piel que embellece las paredes dejándolas de un precioso color dorado, la lágrima no cae, desciende lentamente como los fuegos de artificios retenidos en la mente de un niño, que no ceja en su repetición asombrado.

En nariz trae recuerdos del azúcar quemando en la olla, reducción de mermelada de frutos del bosque, alcohol evaporando de ella, higos de secado, almendras tostadas, el café servido a media tarde, el movimiento oxigena, trae más recuerdos. La mesa de Navidad puesta, polvorones, hojaldres, nueces y los orejones que tanto le gustan a mi hermano, sonríe y cuando ve que no le quedan, sigue con las pasas de Málaga… Te pierdes en cada oleada de recuerdos.

Un sorbo, una perdición, atrapado en su dulzor, su amable untuosidad, velo que recubre cada papila y rincón de tu boca. Caramelo, la rama de canela al romper, orejones en la mesa e higos secos, una acidez aun notable y cálida. Las pasas mordidas lentamente, saboreando hasta las pepitas, frutos secos para acompañar el café con azúcar moreno. Un ligero amargor, galletas de canela y jengibre, crema catalana… no podría parar de describir recuerdos y símiles, un Quien es quien repleto de gastronomía y recuerdos.
Tradición, trabajo, tesón, esfuerzo, calidad, cultura, expresión, terruño, honestidad, disfrute, recuerdo, calidez, familia… Una verdadera joya, oda al amor que nos aporta este mundo del vino, con la mejor RCP de todos los tiempos.

Adquieran un pequeño trocito de cielo, compártanlo con alguien, en el postre, en la tertulia, con un libro… porque yo,

Ya lo he hecho!



                                                                                                                                            




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