Nombre: DO
UMIA
Añada: 2011
Denominación
de Origen: RIAS
BAIXAS
Uva: Caiño tinto/
Espadeiro/ Mencia
Bueno, bueno. Llegamos a los dos años de blog y estoy
contento. Veo que vosotros no os cansáis, cosa que me sorprende la verdad. Pero
bueno, de rarunos esta el mundo lleno.
Una de las novedades que traje al blog, fue el #Probandoprobando. Catas realizadas por
amigos en casa, donde intento encontrar el vino que guste al invitado y nos
pasamos un buen rato. Como realizar un post de gratitud por los dos años, se me
antoja un tanto cansino. He decidido realizar un post con el ultimo #Probandoprobando, este fue en
noviembre con el bueno de Jordi Luque.
Piensen en estar cuerdo y loco de atar. En estar como una
regadera, que al regar deja todo bien. Sino entienden la metáfora, que mas da.
Es un tío majísimo, loco, inteligente e incisivo. Ah! Y tiene la particular
virtud, de despedirse a la francesa.
Para esta ocasión, escogí Do Umia 2011. Un vinazo como la copa de un pino. Soy poco objetivo
con este vino, desde hace un tiempo lo conozco y es un fuera de serie. La idea
de escogerlo fue sencilla, Jordi tiene un buen olfato. Es de esos
gastronomistas que se preocupan por el vino, por aprender de el, saber de el y
entenderlo. No se lo puse fácil, Do Umia es un vino metamórfico, va cambiando a
medida que pasa el tiempo. Su cambio es impredecible, pero bueno, nunca dije
que fuese un buen amigo.
Parte de culpa de esos cambios, sean causados por ser un
vino atlántico. Otra sus varietales, Caiño tinto, Espadeiro y Mencia. Gran
parte también sus elaboradores, Adega Pedralonga. Bodega gallega de gran
tradición y vocación vinícola, pero que nació en 1997. Elaboran mono varietales
de albariño (desde aquí mando un mensaje, son imposibles de encontrar, por
favor traigan sus vinos a Barcelona) y este estupendo tinto de coupage.
Para no daros más la chapa, os dejo con las impresiones
de Jordi. Creo a mas de uno, os dará que pensar.
De color plomo, obviamente tinto, pero plomo. La nariz
huele a hongos, cannabis y quesos. Le siguen brezo, lavanda y romero. En boca
es mineral, seco. Se abre y sigue ácido, moderado. (En este punto se encuentra
bastante desconcertado, no es para menos) concluye con un “son dos vinos”
Me deja un apunte. Observa que cuando sube la
temperatura, el vino se torna más señor, con un volumen mayor. Esto es lógico,
todos los vinos tienen un servicio de temperatura. Lo curioso que pocas veces
se apunta, es que un par de grados de servicio in fluye mucho. En este caso, a
Jordi se lo combine con un bacalao con manzanas caramelizadas a la miel. Por
eso de que según que tintos, con según que pescados están geniales. Como
conozco bien este vino, lo prefiero a unos 15º grados tocando los 16º. Más bien
fresco, su acidez y carga frutal le van divinas al pescado. Pero es esta
temperatura, tampoco pierde esa parte de sotobosque. Dando a un combinado
genial con este plato.
Tras esto, solo queda dar las gracias a Jordi por formar
parte de este experimento.
A vosotros, solo os quiero decir una cosa:
MIL GRACIAS POR ESTOS DOS AÑOS!!
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