QUE ES EL VINO PARA TI?
La
pregunta mas difícil de responder o mas sencilla de todas, es difícil porque el
vino tiene un gran significado, es sencilla porque es descriptible, es difícil
porque quizás existan personas para las que la explicación les resulte
ininteligible, simplona o sentimentalista sin necesidad, es sencilla porque es
la verdad.
El vino
es sentimiento, puro y duro. Aprender a jugar con tus sentidos, vista, olfato y
gusto, algunos dirán educarlos, yo digo jugar. Me divierto probando, me alegra
encontrar aromas nuevos, conocidos y sobre todo, me alegra recordar.
El
sentido del gusto esta ligado al recuerdo, durante tu vida experimentas
sensaciones vinculadas al gusto que almacenaras en tu memoria, esta escrito en
nuestro ADN, esta con nosotros desde tiempos ancestrales, somos lo que somos y
vivimos gracias a el, de no ser por este vinculo la raza humana seguro no
hubiese sobrevivido.
El vino
es sentimiento, desde que lo probé lo recuerdo el primero fue un Viña Ardanza, tenia 20 años, llevaba
poco con mi mujer como novios, cenábamos en casa de su prima Susana y lo
abrimos… Increíble. Desde ese día lo compraba cuando quedábamos a cenar, a
veces lo substituía por Viña Pomal,
mas Rioja, mas recuerdos.
El vino
es sentimiento, los siguientes pasos son un verano en la casa de verano de mis
suegros, en Cataluña las llamamos
“torre” creo que fuera los llamáis “chalets”, conozco a los vecinos Belar y Beti, su hija Bibian y
su novio, no me acuerdo del nombre, si del mote, “Pisabarros”. Tenían una
botella de Emilio Moro, Finca Resalso, mucho chorizo del Bierzo y un cariño inagotable,
descorchamos tres o cuatro botellas todas de Ribera del Duero… Alucino!
El vino
es recuerdo, estudiaba en la Escuela de cómics Joso en el barrio de Sants. Encontré una tienda de vinos, El
Celler de Gelida, un mundo increíble
pero aun tiraba a los riberas y de vez en cuando un rioja. En una de las calles
que bajaba desde la escuela hacia el metro encuentro otra tienda, empiezo a
descubrir Fuentespina de la Ribera del Duero.
El vino
es recuerdo, llegado otro verano, habíamos quedado en subir a la Torre. Suelo ser buen invitado,
me educaron bien, me hice socio de Lavinia
y empecé a descubrir mas vinos de Ribera, subimos algún Martín Berdugo, finca
Resalso y Senda del Oro, todo riberas.
Los disfrutamos mucho, improvisando aquel día, ligamos comida con picoteo,
hasta cena, murieron muchas botellas
aquel día. Acordamos juntarnos en verano y volver hacerlo. La llamamos
la ruta de vinos.
El vino
es recuerdo, en Lavinia, Michel Bermudez,
Francesc, Gael, Joan, mis cuatro jinetes del olimpo vinícola, mis verdaderos
maestros, de ellos aprendí, me enseñaron y ofrecieron nuevos horizontes.
Pasamos de Riberas y Riojas a Campo de
Borja, Calatayud, Bierzo, Jumilla, Montsant, Costers del Segre, Cava… y llegaron los Franceses. Me enamoré,
el corazón me palpitaba, blancos, tintos, champagne… Dioses.
El vino
es un juego, mi padre me comenta:
-Si, si,
pero estos vinos no son para todos los días..
Se
instaura una tradición en casa. Comprar seis botellas por 36€ o 40€ en total.
Hoy en día existe un blog gracias a eso.
El vino…
lo es todo, sentimiento, recuerdo, placer, dolor, alegría. Hoy dia 3 de Febrero
es mi santo, nunca lo celebre cuando era pequeño, no sabíamos cuando era, en el
santoral no aparecía y aunque hoy aparezca, realmente mi nombre procede del
germano y significa Lanza de Dioses, celebrar el santo de un nombre pagano no
tiene mucha gracia. Lo mejor de esto es que el 3 de Febrero, es el santo de San
Blas. Mi abuela se llamaba Blasa, era su santo, cuando lo descubrí me encanto,
no unía mas, era un vinculo enorme, gigante, cósmico…
Era
hermosa, no solo por fuera lo era por dentro, cariñosa, educada, servil, nunca
tenia un no, era imposible. De entre todas las personas que conozco, es de la
que mas he aprendido en esta vida, porque con los años he aprendido la
sencillez de su persona, la vida es demasiada corta como para tener un no en la
boca, como para enfadarse y como decía ella:
-Cuesta
poco quedar bien y mucho quedar mal.
Analicen
la frase, quien la entienda ya sabe…
Recuerdo
sus sopas, eran buenas hasta en verano. Sus abrazos, nadie los daba así, estaba
orgullosa de ti hasta el infinito, miraba con cariño como nadie en este mundo,
lo siento mama. Era analfabeta, mi hermana le enseño ya de mayor, nunca le
importo aprender mas, pero no sabia decir no, no es que no fuese inquieta, pero
sepan una cosa: El mundo giraba a su alrededor.
Recuerdo
ir a buscar a mi padre, a las 7:15 para ir a currar, pasaba por delante de su
casa, estaba barriendo el portal, los jazmines ya olían a esa hora, el sol la
bañaba, pero todo era pequeño ante su enorme sonrisa, soltaba la escoba y te
iba a dar un beso y te soltaba un:
-Andad
con cuidado hoy hijo.
Recuerdo,
siempre fue generosa, tenía poco y mucho que dar. Te daba poco, materialmente
no era rica, espiritualmente lo hacia desde su corazón, eso ya bastaba. Un día
me dio treinta euros por mi cumpleaños:
-Toma
hijo, para que te convides (invites) a algo, que no he podido comprarte nada.
Ese día decidí
hacer algo, hoy es esta entrada, hoy es la mejor decisión que he tomado jamás:
-Sabes Yaya,
me voy a comprar un vino francés que me encanta y así cuando lo abra, me
acordare de tí.
Ese vino
es el Cornas de Philipe Pacalet, un mono varietal de Syrah en el Rodano, mi
mejor vino. He intentado a través de Michel Bermudez comprarlo(mil gracias por
tu tiempo Michel), esta agotado había la posibilidad de otro Pacalet, pero el
fin de mes me ha matado y el hecho de no ser el Cornas me ha impedido
comprarlo.
El vino
es sentimiento, este próximo 4 de Febrero es el segundo año que pasaremos sin
ella, me duele, me mata y me ahoga, aun la lloro y espero no dejarlo de hacer
nunca, me cuesta escribir estas letras.
El vino
es alegría, gracias a la acción de un día, gracias a la sensación agradable de
vincular el vino con mi abuela, la recupero, la recuerdo, me alegra, su pequeño
gesto en mi cumpleaños me la devuelve y una de las mejores sensaciones que
jamás he tenido, la vinculo a ella.
El vino…
en el año 2008 nos fuimos Cristina y
yo a vivir a un piso en el barrio de Gracia,
invite a mucha gente, lo celebramos. Mi abuela vino con mis padres a ver el
piso, estaba débil ese día, aun así quiso venir. Prepare una merluza en salsa, había
Chardonnay para beber, Viñas del Vero. Estaba contentísima, se
le notaba, su sonrisa era gigante y además, le enseñe la nevera que bien
compramos con su dinero. Ese día le comente esto:
-Sabes,
hace poco me abrí con unos amigos la botella que me regalaste hace años, la
francesa, lo ves… Siempre me acuerdo de ti.
Que es el
vino para mí… todo lo leído antes, todo.